lunes, octubre 10, 2011

Están las imágenes de tu cuerpo

Están las imágenes de tu cuerpo:
sombras cayendo en tu abandonado lecho;
olores persistiendo en frágiles sábanas;
sudores violetas resistiendo las llamadas de mis fechas.

Están las voces del ayer gimiendo en olvidados nombres.
Están los rumores de la infancia reposando en mi cabeza
como flores de un jardín cayendo inútilmente en el futuro.

¿Recuerdas las horas que dibujamos en lejanas memorias?
¿Recuerdas las pausas que abandonaron nuestros ruegos?

Están las imágenes del ayer:
húmedas alucinaciones estrechando amaneceres;
efímeros pechos descubriendo cielos inclinados;
silencios obstinados abandonando juventudes;
desolados juramentos migrando al olvido.

¿Recuerdas los temidos anuncios de solitarios besos?
¿Recuerdas el último invierno recogido en las ventanas?

Están las voces del recuerdo repitiéndose en el futuro.
Estamos los dos, compartiendo la misma soledad,
el mismo respiro y el largo destino que no nos deja envejecer.

Rolando del Pozo

domingo, septiembre 11, 2011

Tus susurros

Tus susurros se expanden de sueño en sueño,
de palabra en palabra para volver al fuego de mis ojos.
Se expanden en la consistencia de tus alucinaciones,
en las imágenes de tu boca que confirman la mía,
en las palabras que escriben visiones en mis reflejos.


Si pudiera encontrar las horas que cubrieron tus pechos
escribiría tus escapes con palabras de luz.
Si pudiera nombrarte en el pasado que se volvió porvenir
te escribiría con las sílabas ignoradas en la distancia.


Acá sólo se encuentra el patrimonio de tus desvaríos
y tus imágenes incrustadas en la piel de mi alma sedienta.
Se encuentran las visiones de un cielo infinito
y el llanto que es sonrisa en la vigilia de mis horas.


Tus susurros se expanden en el silencio nocturno de la luna.
Se expanden en la memoria que simula los días del ayer,
en el laberinto de un alma sin pausas,
en las voces que copian el instante que se repite en el tiempo
y nos plasma en la muerte que es vida, en el segundo que es eterno.

Rolando del Pozo

jueves, agosto 25, 2011

Te conocen

Te conocen mis ganas en tu preparada desnudez.
Eres la flor, el fuego agobiado, los sudores que reclaman.
Eres el cuerpo que se derrama en las angustias
y anochece entre desconfiados gemidos y pasiones.

Te conocen las palabras en tu boca sedienta.
Te conocen mis voces en tus deshabitadas lunas.
Eres el beso convertido en suspiro enamorado
y la súbita pausa que reclama un luminoso orgasmo.

Desnuda eres la incierta esperanza que reclama amor.
Desnuda eres la sustancia viva en desmedidos atardeceres.
Desnuda agobias la realidad, la retuerces, la escondes.

Te conocen mis costumbres en los rituales de tus piernas.
Eres la mujer desnuda empujando lamentos y distancias.
Eres la desnuda inocencia, la paz en el grito, la quimera.

Rolando del Pozo

jueves, julio 28, 2011

Esa mirada

Me alimento de esa mirada.
Esa que solía llegar en los soplos de otras horas;
la que retrocedía en los rituales de tu boca
y trazaba los signos del silencio.

Mirada de viajes lentos y desgastados atardeceres.
Mirada dibujada con los colores de la perduración.
No supe anunciar la superficie de sus pausas
ni logre comprender su abismo azul que me aspiraba.

Reconozco esa mirada pálida y transparente,
me dice que mi pasión esta llena de pasados,
que mis versos como espejos se repiten en otro espejo.

Reconozco esa mirada de tiempos diversos.
Esa que incita a descifrar augurios y extinguidos cielos.
Esa que ha decidido quedarse, en mis mudos recuerdos.

Rolando del Pozo

lunes, junio 27, 2011

Tanta luz

¡Tanta luz en este espacio sin forma!
Pensé que las miradas se lavarían en los días del ayer.
Pensé que los nombres de prometido paraíso volverían.
¡Tanta luz inútil, sin dirección ni tiempo!
¡Tanta luz y todo se pudre entre mis manos!
Ya no me aguardan las insomnes preguntas.
Ya no me aguarda el espejismo del tiempo.
No me aguardan las voces que distrajeron la memoria.
¡Tanta luz y tanta oscuridad!
¡Tanta esperanza y tanto desamparo!
¿De qué destino me hablan?
¿Quién dijo que tanto esplendor y oscuridad me pertenecían?

Sólo deseo borrar mis letras, volver a escribir mis días.
¡Dios toma mis sombras, vuelve a contar mi historia!

Rolando del Pozo

jueves, junio 16, 2011

En nuestras ganas


En nuestras ganas nos aguardan los días.
Días que vivieron el contenido de nuestras lágrimas.
Días que han despertado las pálidas poses
y las señales del amor en nuestra inexacta vida.

Nos esperan miradas en silenciosas memorias.
Memorias que han partido en lentas miradas.
Memorias que recobran la dicha del gemido
en los espejos y ventanas de nuestro lecho.

Contemplemos las aéreas siluetas llenando los espejos.
Nuestras imágenes han despertado el rumor de las velas
y los perfumes que reconocemos como parte del mundo.

En nuestras ganas se repiten los nombres de la vida.
Se repite un provenir, en nuestra escasa memoria.
Se repite el amor, lo sabíamos, en nuestro incesante ayer.

Rolando del Pozo

lunes, mayo 30, 2011

Fragancia a fragancia


Fragancia a fragancia se entenderán tus piernas
con una voz cargada de horizontes intangibles.
Se entenderán las ventanas con las miradas,
los espejos con tu lecho, las flores con tu pubis.

Pensamiento a pensamiento se llenarán tus lágrimas
de gemidos, de voces, de lenguaje verde de invierno.
Se llenarán tus recuerdos de sueños de papel,
de cósmicos amaneceres, de reposos y agitación.

Paso a paso se escribirán en vuelos tu nombre
y los pétalos de tu agitada vida se entenderán
con un océano loco, salvaje, agitado de memorias.

Fragancia a fragancia se lastimará tu blanco vientre
con una cruz de gozo que se dibuja entre tus senos
y se atarán vida y muerte a tus gemidos abiertos.

Rolando del Pozo

sábado, abril 30, 2011

Estas son las palabras


Estas son las palabras que me condenan.
No son pasos en enigmáticas sombras.
Son un templo sin puertas, con mutilados serafines.
Son los llamados de la muerte remontando en mi lengua.
Palabras de cuchillos, dispuestas a la partida,
dueñas de un porvenir en los restos del presente.

Estas son las palabras que prometen un reino de voces.
No son evidencia de viajes al pasado.
No son instrumentos aptos para acariciar soledades.
Son el abismo que se evidencia en el suspiro.
Son la trampa en el encuentro y desencuentro del adiós.

Son palabras fugitivas, de espuma, e interrogan mi alma.
Son las señales que se entienden y desentienden en el infierno.
La perseverancia de un eterno retorno a lo inmenso e increíble.
Nacen y mueren en tu rostro como furtivos delirios
suplicándote la pesadilla que las mantiene de pie.


Rolando del Pozo

jueves, abril 14, 2011

De dolores y pausas

De dolores y pausas vuelvo a tu noche,
a tu mano de entregas y treguas,
a los desvelos de un viaje sereno,
a las pálidas fuerzas de tu voz en agonía.

Vuelvo al sueño precipitado en tus párpados.
Vuelvo a los vacíos de un llanto de formas agudas
y crezco en lo invadido por tus rumores,
por lo que se viste de cadenas y flores.

Estoy solo en las formas obstinadas del mañana.

Estoy solo en esta lluvia de desvaríos, de señas,
de despedidas que reemplazan las distancias.

Vuelvo de todas partes a los designios de tu rosa,

a los solitarios sudores que se deslizan en tu espalda.
Vuelvo a sazonar tu vientre que se inclina en mis ansias.

Rolando del Pozo

lunes, febrero 21, 2011

No será necesario

No será necesario que escribas ganas con tu boca.
No será necesario que tus poses se vuelvan gritos.
Has despertado en reclinados y solitarios espejos
y te espera una oscuridad sazonada con tus senos.

No será necesario beberme los sabores de la noche con tus besos.
No será necesario que tus pechos escriban tu desnudez.
Estás llena de gemidos y tus piernas son nudos invencibles.
Estás llena de noches y tus ardores son la señales de tu piel.

Es necesario abrirte las ganas que reclaman mi verbo
y apretarte los misterios que viven en tu cintura.
Es necesario que vuelvas en tu vientre a mis pasos.

Estás llena de ansiosos despertares y sudores latentes.
Estás llena de fantasmas que reclaman tu sexo
y eres de contorsiones y delirios cuando te llenan mis versos.


Rolando del Pozo

lunes, febrero 07, 2011

Tu voz

Tu voz reconoce las sílabas que duermen en mis palabras.
Reconoce los gastados dolores, los desmedidos gemidos.
Tu voz es el duplicado ardor que sostiene la noche
y es la queja que se levanta a la altura de tus pezones.

Estas desnuda y te cubren miradas suaves y besos entreabiertos.
Te cubren los minutos donde vive el despertar de tu vientre.
Te viven las contracciones que palpitan en tus piernas.
Te cubren los colores del amor y un respiro de flores.

Tu voz no es sólo un espacio lleno de sudores.
No es sólo un cuerpo de aromas y escondidas infancias.
No es sólo un perfume sin forma y un aire de otoño.

Tu voz ama las pausas escondidas en las esperas
y es una luz llena de Junios en una hoguera de melodías.
Tu voz es la memoria que se reconoce en mi propia voz.


Rolando del Pozo.

martes, enero 18, 2011

Mujer

Mujer de espacios tenues, de inclinadas tardes.
¿De qué están hechos tus gemidos?
Mujer llena de ecos tristes y lentos besos.
¿De qué están hechos tus pechos largamente dulces?

Eres de húmedos ritos, de horas blancas, de rosas.
Eres de noches y hueles a lunas en mis manos.
¿De qué está hecho tu corazón de soledades?
¿Qué te llena de vuelos inclinados la memoria?

Me dictan las ganas tu incompleta dicha, tus esperas.
Me dictan tus pechos, un rostro de ritos y de sombras.
Eres la mirada que emerge y calma mis abismos.

Eres el grito que sacude estrellas y noches ausentes.
Y en el amor, eres el gastado gemido de saciedad
y en mis palabras, lo que se repite y te vuelve mujer.

Rolando del Pozo

domingo, enero 09, 2011

Apaga


Apaga las palabras en las luces de mi sombra.
Me es necesario respirar el abismo de tus ganas, una vez más.
Apaga las voces de la luna con tu vientre y la noche con tu sangre.
Me es necesario nacer contigo en inmóviles y silentes horas.

Estamos solos en este viaje de inútiles espinas y sordas manos
y nos esperan amaneceres escasos y un puñado de gemidos.
Estamos solos en la duración de tus jadeos
y nos espera la avaricia de tus piernas y un pasado repetido.

Nos quedan los insomnios, la piel hecha jirones, el fulgor del alma.
Nos quedan los viajes donde olvidamos el ayer.
Apaga el ardor y no digas que te has ido.
Apaga las flores de la ausencia y no augures distancias.

No escribas la dicha con preguntas.
No borres los días con la sed que se derrama de tus senos.
No pruebes de este dolor con sabor a memoria, te insisto;
nos queda un porvenir que desde tu vientre, mira hacia atrás.

Rolando del Pozo

viernes, diciembre 31, 2010

Guardas

Guardas los días en los inesperados desahogos.

Guardas las ausencias en el ardor de tus piernas.

 

Guardas lo que se rompe, las inútiles despedidas.

Guardas soledades, asombrados gestos, fantasías.

 

Con tus voces acechas mariposas y sonidos rotos.

Acechas lágrimas en las lentas voces de tu pecho.

 

Con tu cuerpo defines distancias y diseñas gestos.

Defines las sombras fugaces de sonoras plegarias.

 

Con tu lento beso abrigas los designios de la vida.

Abrigas un amor de alisadas memorias y sombras.

 

En tu cuerpo temeroso sueñas, respiras, atardeces

y a veces simplemente agotas los colores del alma.

 

Guardas la luna, la ternura de alumbradas señales.

Guardas el azar y tu doliente sexo partido en besos. 

 

Rolando del Pozo

lunes, diciembre 06, 2010

Veo

Veo una extensa ilusión derramándose lenta en tu boca

y medito en el llanto golpeando la simetría de tus besos.

 

Veo tus dolores mordiendo una pausa llena de nombres,

rompiendo las abandonadas rutinas llenas de tus fluidos.

 

Veo tus lentas palabras espesándose en tiernos gemidos.

Veo tus siluetas florecer en la tardanza de lo inesperado.

 

Y recuerdo los movimientos agudos e intensos del alma,

lamiendo las sábanas, levitando el cariño en tus reflejos.

 

Recuerdo tus contorsiones volviéndose puñales y gritos:

los reclamos de tu alma ajustada en los frescos sudores.

 

Veo una flor llena de poses aunando un sucinto mañana

y la sangre del ayer con la fuerza de tu insolente mirada.

 

Veo tus sueños de mujer nueva transcribirse en sollozos

y cubrirse con las ganas que rasgan tu deseado cuerpo.

 

Rolando del Pozo

martes, noviembre 30, 2010

Cierra tu voz

Cierra tu tierna voz y llena de noches mis deseos.

Desnuda la ansiedad de estos versos en tus senos.

 

Eres la despierta sonrisa donde aletea el silencio

y en tus ojos se ausenta la noche, delgada y ciega.

 

Se parecen tus poses a la brevedad de tus señales

donde se empapan mis ganas con errantes voces.

 

Cierra mi piel con tus descalzas flores de invierno

y descubre la pasión oculta en tus piernas sueltas.

 

Han venido las visiones ebrias al seno de tu rosa.

Han venido a reencontrarse con mi boca húmeda.

 

Atrapa mis frescas lágrimas en tu mirada intensa;

exigen los lánguidos anuncios de tu triste vientre.

 

Atrapa la soledad que dejaste en abatidos ruegos,

donde pretendes mi amor disparejo y misterioso.

 

Rolando del Pozo

miércoles, octubre 20, 2010

Llegaste

Llegaste en el candor de unas manos lastimadas,

en la ligereza de tus poses manchadas de poesía.

 

Llegaste en el rocío de un espacio que despertó

en tu cintura, en tus piernas, en tristes mudeces.

 

No estás sola, ni estás lejos en esta lenta poesía. 

Te llegan mis pasos y los besos que se renuevan.

 

No estás sola en este viaje de ritos y de fulgores

y levantar las voces del mundo, no te ahuyentan.

 

Sabes de los rostros que se repiten en el pasado

y te ausentan en un espacio que augura al llanto.

 

Sabes del amor que se renueva en mis desvaríos

y te busca en la luna que mis angustias acechan.

 

Llegaste en los signos que se avivan en mi locura

a recuperar los adioses que resignaste a la deriva.

 

Rolando del Pozo

domingo, septiembre 05, 2010

A pesar

A pesar de las avisadas y celosas distancias, te recuerdo.

A pesar de las numerosas angustias, mis noches son días.

 

Y están tus besos profundos, ciñendo mis manos y boca.

Están tus gestos, las truncadas voces y tu alma distraída.

 

Y me duelen las señales de tu cuerpo en prófugas voces.

Me duelen tus lastimadas poses en el azar de mis versos.

 

Me duelen tus señales distantes que tejen mis condenas.

Me duele la visión silente que reduce mis frases a muecas.

 

He luchado con las visiones que reivindican tus clamores,

tus rituales ansiosos, tus gestos extrañamente familiares.

 

He luchado con crecidos vacíos en perturbadas plegarias,

en las miradas esquivas marcadas en el espejo de la sala.

 

Y están los pulidos alientos y los radiantes rastros del alba

y la más fiel de tus sombras negando turbada, tu ausencia.

 

Rolando del Pozo

lunes, agosto 09, 2010

Tus besos

Tus besos ensayan las señales de la vida en mis deseos,

en la avidez de estremecer la realidad donde te repites.

 

Tus ajustadas piernas se abren en prohibidas angustias;

se llenan de sueños en un océano de ambiguas señales.

 

Todo aquello que te define, te renueva en lentas voces,

en sucesivos rostros que agitan la perfidia de tus poses.

 

Te define la rápida caricia que se desliza entre tus senos.

Te define la desnudez que te descifra en amplios versos.

 

No sabes de los paisajes en encendidas y tardas noches.

No sabes de los mimos que definen tus frescos pliegues.

 

No sabes de la voz que agrupa tus inquietas desazones,

tus alienadas insistencias y tus incompletos horizontes.

 

Y te define el fulgor de la luna, las impetuosas auroras,

lo invisible y lo prohibido que se multiplica en tus poses.

 

Rolando del Pozo

sábado, julio 17, 2010

No hay puertas

No hay puertas que se abran al fondo de tus ardores.

No hay salidas que te integren a un mar de memorias.

 

Vuelves en la lluvia a agrandar tu depósito de gemidos.

Vuelves en la luna, ofuscada en el claror de mis sudores.

 

No hay puertas que se abran en las voces de tu vientre.

No hay salidas que diluyan llantos en viajes sin tiempo.

 

Y no estabas lista en tu cuerpo que augura malestares.

No estabas lista para un mundo de angustiados besos.

 

Vuelves en la ansiedad de mutar tus dolores en certezas.

Vuelves en el vértigo de repetirte intacta en loca pasión.

 

Vuelves dispuesta a llenar de noches tus irritados ahogos.

Vuelves con laxos dolores en la brevedad de un espasmo.

 

Y reclamas la versión más nueva de mi angustiada locura

donde te resistes a los ardores que te rompen en versos.

 

Rolando del Pozo