viernes, febrero 18, 2022

Ella

Ella vive consumando su inalterable destino.


Sabía de los invisibles paraísos prometidos

y de un cielo brotando en una inmutable realidad.


Sabía de las fisuras del alma donde florecen los manzanos

y de las condenas que aguardan en agónicos pensamientos.


Ella vive asumiendo la postura de quien olvida

que en los días se depositan los sabores del mundo,

que la muerte es una sobrenatural conjetura

en la profundidad de un despintado sueño.


Sabía del inmortal anochecer en los cuadros de la sala,

de angustias instantáneas y de las sombras en mi mirada.


Sabía de las fronteras que la separan del olvido,

que la asimilan a una vida de angustiadas poesías.


Ella vive encerrada en los vuelos de un ave nocturna

y en su piel oscura de arquitectura distante y limitada.


Ella vive consumiendo mis letras a la espera de ser liberada,

como si en algún verso o mirada, estuviera la respuesta.



Rolando del Pozo