De dolores y pausas vuelvo a tu noche,
a tu mano de entregas y treguas,
a los desvelos de un viaje sereno,
a las pálidas fuerzas de tu voz en agonía.
Vuelvo al sueño precipitado en tus párpados.
Vuelvo a los vacíos de un llanto de formas agudas
y crezco en lo invadido por tus rumores,
por lo que se viste de cadenas y flores.
Estoy solo en las formas obstinadas del mañana.
Estoy solo en esta lluvia de desvaríos, de señas,
de despedidas que reemplazan las distancias.
Vuelvo de todas partes a los designios de tu rosa,
a los solitarios sudores que se deslizan en tu espalda.
Vuelvo a sazonar tu vientre que se inclina en mis ansias.
Rolando del Pozo
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