miércoles, abril 29, 2020

Bajas

Bajas a los silencios llena de tenues distancias
y anuncias la espesura de tu detenido cuerpo.

Regresas por la calzada angosta de tus versos,
frágil por los besos que lastiman tus costados.

Bajas de las esquinas de un vientre irrepetible
a tu voz de sonrisas, a un orgasmo sin tiempo.

Regresas a vanas poses plenas de amor añejo.
Regresas al poniente de tu angustiada cadera.

No cesan las imágenes en este ardor de lunas;
me llenan de fluidos que te regresan agotada.

No cesas en la insolencia que te reclama fértil,
en los espejos que atavían nuestro largo viaje.

Regresas en nubes azuzadas por mi desespero,
por las ganas de volverte un poema sin pausas.

Rolando del Pozo

sábado, abril 25, 2020

Me reconoces

¿Me reconoces en tu vientre detenido?
¿Me reconoces en tus signos disueltos?

Tu incansable boca me vuelve la noche.
Me vuelve de saciedades en tus piernas.

Me has negado tus incitados recuerdos.
Me has llenado de tus versos truncados.

Tus placeres me vuelven a tus sombras.
Me vuelven a pausas diversas, agitadas.

Deja mis labios morir en tiernas señales.
Déjalos respirar tus muslos imperfectos.

¿Me reconoces en tu inmóvil contorno?
¿Me reconoces en tus perdidos pechos?

Déjame los ardores, los placeres nítidos.
Déjame el amor repitiéndose en mi vida.

Rolando del Pozo

lunes, abril 20, 2020

Es de pausas

Es de pausas el despertar en tus brazos,
en tu piel de brillos sisados por el amor.

Es de labios la trampa urdida por tu voz,
las ganas abiertas con recelos en tu piel.

Son de silencios las señales que ahogas,
las voces donde te adueñas de sombras.

Son de temblores las agonías que agitas,
que sacudes y esparces en tus entrañas.

Eres el silencio que se arrulla en el ayer,
en la contracción que enumera amores.

Eres la dueña de mis espacios cerrados,
de la calma donde te apartas de mi voz.

Al fin, eres el reflejo urdido en mis ojos,
la pupila quieta en mi pausado reclamo.

Rolando del Pozo

viernes, abril 10, 2020

En tus manos

En tus manos demoro las fragancias de la luna.
Demoro el deseo de vivirte en diversos colores.

En tus miradas se agita mi voz clamando brillos,
agotando la sordera donde encierro tus noches.

En tu voz se abrazan las ausencias, los misterios.
Se abrazan las alboradas sazonadas en secretos.

En tus ojos de breves rosas viviré tus ansiedades.
Viviré los temidos ardores en tus frescos vértices.

El tiempo sabe engañarme en etéreas quimeras,
en tus gritos donde mi cielo desencadena mares.

Déjame ver la torcida luz en tus piernas abiertas.
Déjame ver tus palabras visitadas por la ternura.

Déjame los viajes que se colorean en las partidas.
Déjame tu sonrisa en la leve vibración de mi voz.

Rolando del Pozo