Debo seguir tus besos en dispersas flores,
en las agobiadas posturas de tus piernas.
Debo seguir tus pausas en lentas sombras,
en cercanos dolores que se vuelven gestos.
Tu historia se resume en tu agotada pelvis,
en mis tardas manos que agitan tu vientre,
en los afanes que se vuelven agitados ritos.
Tu historia es el beso inmolado en mi boca,
en las formas de un mundo ajeno e incierto.
Debo seguir tus tiempos plenos de fábulas,
de distantes visiones, de glorias e infiernos.
Debo seguir amando tu dilatada humedad:
la entrada a tu alma incierta, llena de amor.
Rolando del Pozo
Un "debo" entregado de amor amigo Rolando. Como siempre es un placer leerte nuevamente. Me hizo feliz encontrarte. Un abrazo con mucho cariño desde Uruguay.
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