jueves, junio 24, 2010

Tal vez

Tal vez tus abatidos gemidos se repitan en mis sombras.

Tal vez tu voz se multiplique en mis rebosados sudores.

 

Tal vez tu sombra vuelva a encarnarse en mis pliegues

y no sean necesarios los perdones y los tardos reflejos.

 

Has levantado la noche, irreversiblemente, con tus besos

y nos mira el tiempo con el color de la dicha y la fatalidad.

 

Y estás ahí, al pie de tus horizontes, sofocada y adolorida.

Están tus violentas contorsiones, tu agitada imperfección.

 

Estás ahí, al pie de tu abandonada soledad, la no fingida.

Están tus imágenes demoradas pendientes de la ternura.

 

¿Quién podrá aplacar tu desnudez con profusa frescura?

¿Quién podrá llenar de milagros tus palpitantes pechos?

 

Has levantado al mundo con tus severas y lentas manos

y nos repite el amor, incansable, en un milagro al revés. 

 

Rolando del Pozo

viernes, mayo 14, 2010

En algún lugar de tu vientre

En algún lugar de tu vientre hay un inconcluso poema.
Hay una puerta que se abre en la fortuna de tus besos.

De tu vientre surgen preguntas hechas de malestares,
de gemidos que rozan la nostalgia y semejan visiones.

Surge el profuso lenguaje de tus agitadas migraciones.
Surge el dolor en la embestida de insolubles pasiones.

Tu vientre es la sentencia suave de mis viajes agitados.
Tu vientre es un frágil paraíso que se vuelve añoranza.

En algún lugar de tu vientre mis apetitos son plegarias
que se estrechan en voces que me sustraen del mundo.

En algún lugar de tu vientre tus señales se estremecen
y no caben en los silencios, en sus ofuscados espasmos.

Surgen preguntas en el reverso de tu inquieta sonrisa.
Surgen soledades que remedan mi angustiado destino.

En algún lugar de tu vientre se repiten los fatuos viajes
y las vanas sentencias que me llevan a un negado ayer.


Rolando del Pozo

lunes, mayo 03, 2010

De verso en verso

De verso en verso, más allá del vértigo y de escasas memorias,

te levantas sola, habitando las voces de un cuerpo sin nombre.

 

Dejas tus recuerdos en los nombres de agotada y dispersa luna,

en los cristales de la noche que se repiten en agoradas visiones.

 

Dejas tus sueños duplicarse en los lugares morados por el alma

y despiertas en otro presuntuoso sueño, en la víspera del amor.

 

Saludas la claridad con la soledad y la enredas con mis sombras.

Saludas el bien con el mal y te vuelves el verso denso de mi voz.

 

El interior como el exterior y el dolor se vuelve un mal augurio.

Lo de arriba como lo de abajo y el amor se acrecienta en todos.

 

Despiertas en otro comienzo, desasida de un olvidado pasado.

Despiertas en un mundo que te requiere fértil y perseverante.

 

Despiertas lastimada por el beso que une tus retazos de mujer,

de amante enamorada, de luchadora insaciable en tierno amor.

 

Rolando del Pozo

domingo, marzo 28, 2010

No renunciaré

No renunciaré a los colores fugitivos de tu vientre,

ni a las voces que llenan mi alma de grandes huidas.

 

No renunciaré a los temblores que sacuden la noche

y llenan de sobresaltos las fantasías de mis sombras.

 

Tal vez la memoria sepa del dolor de mudas caídas.

Tal vez tus palabras se vuelvan a escribir sin sollozos

y el silencio se vuelva el umbral de nuestras voces.

 

No renunciaré a lo amado y lo temido en tus pausas,

aunque el tiempo se acomode calmo en mi lengua,

aunque se derramen las sílabas de todas tus quejas

y marchen mis razones a derramarse en tus pupilas.

 

No renunciaré a la condena a la altura de tus senos.

No renunciaré a los dolores a la altura de tus piernas.

 

Tal vez mi poesía se vuelva vida que agite la muerte.

Tal vez haber vivido sea señalar tu boca con mi boca.

Tal vez haberte amado sea la puerta a mi redención.

 

Rolando del Pozo

viernes, enero 22, 2010

Sumisas memorias

Sumisas memorias me transportan al resplandor de tu vientre,

al relieve de una pasión que se escribe con castigos y temores.

 

Sumisas memorias juntan los años y trazan la insoluble tristeza

en las grandes saciedades de un porvenir que mira hacia atrás.

 

A lo largo de estos versos la eternidad es el resplandor de un día

y los besos son bordadas lágrimas en un lecho de lentos sudores.

 

A lo largo de estos versos hay un deseo invadido por tus ruegos

y el sexo es la medida de tu inocencia, en la mitad de mis besos.

 

¿Cómo descifrar con tus gemidos los sigilos de reposadas poses?

¿Cómo acertar con tus días en tu insaciable y pausado universo?

 

Te dividen las noches, te engendran los ardores en diluidas ganas.

Te dividen los orgasmos, te recogen los sudores, te repite mi voz.

 

A lo largo de estos versos se derrama el amor y están los miedos.

Están los versos derramados en tus piernas, invitándote a volver.

 

Rolando del Pozo

domingo, diciembre 06, 2009

En tu voz

En tu voz hay una distancia que me envuelve

y una piel tatuada con extraviadas memorias.

 

Están los espacios que se partieron en mi voz

y que exigen tus sueños envueltos en delirios.

 

En tus besos hay un idioma que oculta mi ser

y un puñado de ardores durando mis noches.

 

Están los pesares que se vierten en tus senos

y regresan en apasionadas pausas a abrigarte.

 

¿Qué haré con las cegueras que te reclaman?

¿Qué haré con las palabras que no te olvidan?

 

En tu voz hay una copla que insiste en vivirme

y me lleva errando en los sabores de tu noche.

 

Y están las flores de tu piel serena y dispersa, 

mutando en gemidos, insistiendo en la pasión.

 

Rolando del Pozo

martes, noviembre 17, 2009

Te espero

Te espero en el instante devuelto por el tiempo,

en el segundo dedicado a los rechazados olvidos.

 

Te espero donde nace tu voz y se coliga mi dolor,

en los baldíos adioses, con el alma abierta al ayer.

 

Dibújame en tus pausas, en decires llenos de vida,

en tus lentas manos cedidas a la urgencia del alba.

 

Píntame en tus esquivos pliegues llenos de ganas;

te esperan mis voces que no saben de tus miedos.

 

Te espero en tus huérfanas flores llenas de candor

y en los gritos perennes de tus brillantes silencios.

 

Te espero en mis ganas, en la calma de un gemido

donde vuelvo a descubrirte insaciable y perpetua.

 

Y señálame los ecos de tus aunados y lentos bríos

donde respiro tus ávidos labios liados a mis besos.

 

Rolando del Pozo

martes, octubre 20, 2009

Te has vestido

Te has vestido con tus lágrimas agitadas y gastadas

y has lucido tu pureza en el espejo roto del tiempo.

 

Te has vestido con las noches de atrevidos poemas,

con las promesas, con los silencios, con las pausas,

con los apetitos sazonados de tus ansiosos costados.

 

Has lucido tu cuerpo dividido y reñido por las horas.

Has lucido el amor en el hálito gastado de mis versos.

 

No te importa la voz que cierra tus manos en el miedo.

Ni siquiera los comienzos que engendran tus formas.

Ni siquiera las condenas que se derraman del amor.

 

Te has vestido con una inconstante y tenue eternidad,

con los pedazos de una historia que tiende a repetirse.

 

Has lucido el ardor que te muestra de revés en el ayer,

que estira tu piel, tus formas y la colma de memorias.

Has lucido mis voces que se abrazan en un viaje sin fin.

 

Y concluyo, que es inútil tratar de vivirte sin comienzos,

que es inútil el olvido en tus espesados delirios y besos,

que es inútil el amor si te has llenado de lentos silencios.

 

Rolando del Pozo

martes, septiembre 29, 2009

Vuelves

Vuelves en el silencio que se alarga en las ventanas abiertas.

Vuelves en la canción de un poema vigilado por una sonrisa

y en el alma de unas palabras mal escritas, rebeldes, tiernas.

 

Te inventas en los espejos, en las tentaciones, en mis frases,

en los indefensos espectros de un porvenir pausado y añejo.

 

Te concibes en los reflejos, en los engaños, en las oraciones

que adormecen las sombras de mis escapados besos tardos.

 

Hace mucho tiempo las horas te labraron con los recuerdos.

Hace mucho tiempo tus pasos se enredaron con la fatalidad.

 

Y sin embargo, eres el inacabado invierno bordado de luces.

Eres la ausencia más rebelde, el indefenso azar, el despertar.

 

Vuelves para impugnar mi soledad, para cumplir los adioses,

para abandonar la noche en un espacio después del tiempo.

 

Vuelves a inventarte en el amor, en la espesura de mi cuerpo,

como se inventan los sueños, que sucumben en el despertar.

 

Rolando del Pozo

lunes, septiembre 07, 2009

Mis horas

Mis horas son los signos en un vacío que te esconde,

son el despertar en un comienzo similar a mis culpas,

son la certeza de un pródigo cielo que mira hacia atrás.

 

Mis horas son palabras rasgadas en una voz de flamas,

son los inicios de una tenue luna que reclama oscuridad

y está llena de cristales de viento y del plumaje del adiós.

 

Hay luz donde se lacera mi voz, a la altura de tus senos.

Hay un ahora y un siempre que tienen forma de destino.

Hay un corazón olvidado en los flancos de mi desespero.

 

Sólo me quedan los perfiles de tus lágrimas, las visiones

y los desaires de un ángel taciturno forjado en encierros.

 

Mis horas están hechas de reclamos y breves reproches.

Están hechas de tus íntimas fragancias y ocultos ardores.

Mis horas son abismos que se nutren de tu tierna poesía.

 

Poesía que es la imagen de una palabra difícil de revelar;

la luz que se rompe en un verbo sin paz y asume la nada

y tiñe de absurdos, tu cuerpo, tu ardor, tu alma prendada.

 

Rolando del Pozo