viernes, noviembre 21, 2025

Carcoma sideral

En los reflejos de la noche me reconozco

y soy el que fui, el que baja lleno de voces

hacia un dolor donde mi nombre es otro,

donde ya he vivido este mismo tormento.

 

Aquí donde el tiempo se dilata en círculos,

donde cada palabra es una puerta cerrada,

vengo a convocar los fantasmas del albor,

esos que conocen el reverso de mi rostro.

 

¿Quién habita esta casa de ecos diáfanos?

¿El que soy o el que cree su inexistencia?

Yo descubro la sombra de un niño antiguo,

de un libro infinito lleno de voces diversas.

 

Me llamas desde el fondo de rotos labios,

los que se abren en agitadas y lentas vidas,

o quizás en este mismo ensueño ya vivido.

 

Y voy descendiendo por círculos lóbregos,

por anaqueles hexagonales llenos de bríos

con el corazón repleto de carcoma sideral.

 

Porque te amo en los ardores y en la sombra,

en la honda voz llena de ahogados presagios,

y en el tiempo que contiene todos los tiempos.


Rolando del Pozo

 

 

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