jueves, noviembre 20, 2008

He aquí tu cuerpo

He aquí tu cuerpo extendido que la luna no blanqueará,
adornado con los roces temerosos de una luz tibia;
lleno de memorias, recorrido por pausadas lágrimas,
desdoblado en los temerosos espejos y retratos.

Sus ademanes han despertado las edades del amor,
la inexacta duración de mis tímidas sombras
y las señales de un destino con lentísimas salidas.

Sus gestos son el rumor de voces llenándolo todo,
son las inconclusas sombras que perduran en el candor.

He aquí la dicha dispersa acariciando tus senos,
los detenidos reflejos recuperando imágenes
y el fulgor del deseo perpetuándose en las rosas.

He aquí mis letras en el incesante aroma de tu nombre,
en la implacable ternura de tu piel evadiendo la impaciencia.

Henos aquí en el afán de vivir un presente vedado a las sombras,
repitiéndonos en tus gemidos, saboreando la eternidad.

Rolando del Pozo

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