He aquí tu cuerpo
extendido que la luna no blanqueará,
adornado con los
roces temerosos de una luz tibia;
lleno de
memorias, recorrido por pausadas lágrimas,
desdoblado en los
temerosos espejos y retratos.
Sus ademanes han
despertado las edades del amor,
la inexacta
duración de mis tímidas sombras
y las señales de
un destino con lentísimas salidas.
Sus gestos son el
rumor de voces llenándolo todo,
son las
inconclusas sombras que perduran en el candor.
He aquí la dicha
dispersa acariciando tus senos,
los detenidos
reflejos recuperando imágenes
y el fulgor del
deseo perpetuándose en las rosas.
He aquí mis
letras en el incesante aroma de tu nombre,
en la implacable
ternura de tu piel evadiendo la impaciencia.
Henos aquí en el
afán de vivir un presente vedado a las sombras,
repitiéndonos en
tus gemidos, saboreando la eternidad.
Tienes muy buenos poemas, felicitaciones :)
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