martes, diciembre 16, 2008

Ninguna visión

Ninguna visión logró alcanzar tus asediadas voces.

Ningún adiós se expuso en mi decadente lenguaje.

 

Tu ausencia aún me apura en mis tiernas sombras

donde velan seres alados, prohibidos, sin nombre.

 

Las imágenes de un infierno dócil aún se aderezan

con los despojos de un espejo que no refleja nada.

 

Todo está presente en nuestros inmóviles fastidios

donde tus utopías se adornan con un cierto futuro.

 

Mis días los paso con un coro de tardos fantasmas

y nadie espera en mis angustias llenas de espacios.

 

Ninguno de mis dolores se ha escrito con congojas.

Mis penas se nutren con el apetito que nunca cesa.

 

Cierro tu tristeza con los reclamos de solos sueños

y se repiten los severos delirios, y eso me conforta.


Rolando del Pozo

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