Mis recuerdos se
desgarran en fechas sin nombres,
en el persistente
indagar de un viento sin formas,
y en las noches
de reposadas y escapadas visiones.
Mis recuerdos me llevan
a efímeras y furtivas voces,
a un cielo
inclinado en los viejos dolores del mundo,
y a una huérfana
juventud que tiene forma de grito.
Mis recuerdos son
ruidosos como todos mis sueños,
son rumores en la
inabarcable vigilia de la soberbia
y son signos en
un viejo calendario lleno de harapos.
Mis recuerdos se
dibujan en mi obstinado presente,
se levantan en
los indescifrables ardores de tu boca
y son la
tempestad de mi sangre escapada y afligida.
Mis recuerdos son
futuros a los que siempre vuelvo,
asediado en una
eternidad de estériles confusiones,
y al compás secreto
y ruidoso de tu rendido vientre.
Rolando del Pozo
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