Abro tus
ilusiones en la idea de soñarte llena de sonrisas,
en tu
silencio de viento donde me finjo el mar de tu playa,
en los
colores que perfuman todas las horas de este dolor
de
ansias, de querer poseer tus siluetas en mis empeños.
Llueve
en mi alma y es otro el cielo en la idea de idolatrar
tus
pausas, tu cuerpo de sueños, la victoria de tu entraña.
Regreso
a tus más bellos ruegos, a tus pendientes vuelos.
Regreso
a tu jardín de sombras, pintado de frescas voces.
Y se
funden nuestras soledades en imposibles esperanzas,
en los
perfiles de un sol redimido, por tus solitarios senos,
por las
horas que te reclaman bella y tierna en mis versos.
Regreso
a los delirios que te describen llena de sacrificios.
Regreso
a enderezar tu piel de distancias, tus curvas de sal,
tus
ardores tiernamente vencidos, en tus luchas de madre.
Rolando
del Pozo
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