jueves, marzo 27, 2025

Arquitectura del Silencio

Brotan las horas como un río que se excede en el ayer,

deshaciéndose en la piel de memorias antiguas,

dibujando rostros que nunca aprendí a visualizar.

 

Dejaste tu voz entre las hojas del mustio tiempo;

tu aliento dormido se despierta en laxas señales.

 

Y te busqué en la raíz de mis lentas palabras,

en la escritura secreta que te dibuja de primaveras,

en el latido que brota en las distancias del mañana.

 

Te busqué donde el silencio alza su arquitectura invisible,

pero solo encontré el resplandor huidizo de tus piernas

desvaneciéndose en las miradas que lo disuelven todo.

 

Sin embargo, sigues habitando mis estrechos espacios,

deslizándote entre las aristas de una memoria de versos,

despertando en la nostalgia que te repite en la lluvia

o en la herida abierta de la espuma contra tus pechos.

 

Y yo sigo llamándote con las miradas del ayer,

como el fuego que insiste en repetirse en las sombras,

como la raíz que persiste en tu tierra de mujer,

como la última estrella, que se aferra al amanecer.

 

Rolando del Pozo


sábado, marzo 22, 2025

No soy yo

No soy yo, cuando escribo mis ausencias,

tal vez soy el eco de alguien que me sueña,

los restos de un ayer que se ha olvidado de sí mismo

y vaga entre los escombros de mis lentas palabras.

 

Camino sobre el filo de tiempos detenidos,

en la fisura donde las sombras gotean pasados

y su agria letanía de memorias impronunciables.

 

Todo es el reflejo de un vestíbulo de brumas,

una puerta entreabierta que no logro cerrar

por donde asoman los espectros de mi infancia

con sus manos abiertas a la ofuscación

y sus ojos como pájaros extraviados.

 

He sido todos los rostros que mis noches devoran,

he habitado las casas que arden en el fondo mi voz,

he negado las palabras que se repiten en mis ansias

y me he forzado a respirar una imagen que me agobia.

 

¿Quién dicta el designio de mis sombras?

¿Quién escribe en mi piel esta caligrafía de abandonos?

Tal vez yo mismo, cuando asumo esta piel decadente

o quizás la sombra de otra persona que me habita

y que, en el instante cuando la noche me abraza,

me revelará con sus últimos símbolos,

que no soy yo, el que me escribe de ausencias.

 

Rolando del Pozo

 

sábado, marzo 15, 2025

Espejismos en la ceniza

Aquí, donde tu sombra se enreda en versos,

te escribo con el lenguaje de los ausentes,

con el eco que se repite en el letargo del ayer,

con un grito que susurra incesantes dolores.

 

Hubo un tiempo en que mi voz tenía pausas,

un latido de voces que se encendían al alba,

los restos de un fuego mudo lleno de ansias

y los vestigios de un atardecer lleno de ganas.

 

Los espejos del ayer con su geometría inversa,

repiten el rostro que no fui, lo que nunca existió,

y en sus profundidades de marchitas visiones

ocultan los reflejos que un día me dieron forma.

 

Afuera, la noche ensaya su danza de cuchillos,

las calles se alargan como lenguas desfloradas

y el viento, ese animal sin dueño, me reclama

y perturba los versos que nunca me habitaron.

 

Y permanezco en el umbral de lo innombrable,

sostengo la mirada de un mundo que se deshace,

porque en el vacío, también existen esperanzas,

y en la ceniza, espejismos donde aún te respiro.

 

Rolando del Pozo

sábado, marzo 08, 2025

Las puertas de la ausencia

Aquí residí con las puertas abiertas.

Aquí habité las alas del silencio,

habité un eco errante en el sigilo de tu voz,

habité una sombra que olvidó su cuerpo

en una habitación que excede mis versos.

 

Alguien gritó desde el fondo del espejo,

alargó sus manos sin tocar el ayer,

simuló imágenes que se llenaron de luces

y se repiten en mi lento nombre de regresos.

 

¿Acaso fui solo un callejón sin salida,

un adiós que jamás se plasmó en mis oídos,

un esfuerzo que se consumió a si mismo

hasta repetirse en las cenizas del ayer?

 

Toco tus recuerdos, pero son muros de bruma.

Abro tus cartas, pero me devuelven a otro abismo.

Hablo, pero mi voz se enreda en tus silencios.

  

Aquí residí acompañado de mis versos.

Y si acaso regresas a este espacio

donde las puertas se abren a la ausencia,

búscame en los resquicios del ayer,

en las melodías que danzan en la ventana,

en los rincones donde se acumulan llantos

que se acurrucan como ecos dormidos.

 

Porque aquí residí, y aún parece que estoy,

como un latido perdido en el corazón de la nada.

 

Rolando del Pozo

 

sábado, marzo 26, 2022

Te ausentas

Te ausentas en dimensiones presas en el silencio

donde se retrae el destino y el temporal presente.

Te ausentas en dislocada soledad llena de versos.

 

Tus límites han copulado con versos llenos de vida,

con la luz que recluye sollozos y sofoca los adioses.

 

Te ausentas en inasible alucinación llena de voces,

llena de sombras inmutables y rígidas saciedades.

 

Se descolgó la vida, la envuelve un tierno infinito,

los reversos no calculados y un impensable amor.

 

Se descolgaron tus piernas en las agonías del ayer,

en los indefensos inventarios de un lento renacer.

 

Te ausentas en la sentencia que extirpa los versos

del impenetrable azar, de una incierta causalidad

que titubea y divide tu vientre en varios ponientes.

 

Rolando del Pozo

viernes, febrero 18, 2022

Ella

Ella vive consumando su inalterable destino.


Sabe de los invisibles paraísos prometidos

y de un cielo brotando en una inmutable realidad.


Sabe de las fisuras del alma donde florecen los manzanos

y de las condenas que aguardan en agónicos pensamientos.


Ella vive asumiendo la postura de quien olvida

que en los días se depositan los sabores del mundo,

que la muerte es una sobrenatural conjetura

en la profundidad de un despintado sueño.


Sabe del inmortal anochecer en los cuadros de la sala,

de angustias instantáneas y de las sombras en mi mirada.


Sabe de las fronteras que la separan del olvido,

que la asimilan con una vida de angustiadas poesías.


Ella vive encerrada en los vuelos de un ave nocturna

y en su piel oscura de arquitectura distante y limitada.


Ella vive consumiendo mis letras a la espera de ser liberada,

como si en algún verso o mirada, estuviera la respuesta.


Rolando del Pozo

viernes, enero 14, 2022

Suspender la noche

Suspender la noche en demoradas distancias

es la receta que pinta los rastros de tus piernas

y tus sabores desbordados en un lento mañana. 


Es la receta que dibuja tus sonoros malestares

en visibles ardores, llenos de disueltos errores.


Suspender los ecos de tu voz en errantes viajes

es la receta para agitar tus besos en mis noches.


Y regresas en las inercias de un lento atardecer

al lugar do nacen los signos de tus vanos senos

y se repiten las vigilias de tu inalterable vientre.


Vuelves en la agotada paciencia de tus gemidos

a llenarte de luces en forjados, dulces perdones.


Vuelves en efímeras señales y apretados besos,

a mis decaídos ardores, a mis voces sin sentido.


Rolando del Pozo