En tu voz se
ahondan las secretas formas
y los lechos que
han asumido los ardores.
Se ahondan los serenos
y ocultos espejos
simulando los
ecos de quebradas fábulas.
En tu luz se
dispersa el abrumado tiempo
y los signos de
un destino que me ignora.
Abro manos invisibles
en pausas furtivas.
Abro plegarias
que aúnan segados besos.
Abro divididas
memorias en breves voces
y avanzo con los
versos de agotada razón.
En tus fábulas perduran
las rígidas glorias.
Sobrevive la imitación
de una luna pánfila.
Abro los
corazones injuriados en las ganas
y aprendo a unir nuestros
débiles pedazos.
Rolando del Pozo