Mujer de espacios tenues, de inclinadas tardes.
¿De qué están hechos tus gemidos?
Mujer llena de ecos tristes y lentos besos.
¿De qué están hechos tus pechos largamente dulces?
Eres de húmedos ritos, de horas blancas, de rosas.
Eres de noches y hueles a lunas en mis manos.
¿De qué está hecho tu corazón de soledades?
¿Qué te llena de vuelos inclinados la memoria?
Me dictan las ganas tu incompleta dicha, tus esperas.
Me dictan tus pechos, un rostro de ritos y de sombras.
Eres la mirada que emerge y calma mis abismos.
Eres el grito que sacude estrellas y noches ausentes.
Y en el amor, eres el gastado gemido de saciedad
y en mis palabras, lo que se repite y te vuelve mujer.
Rolando del Pozo
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martes, enero 18, 2011
domingo, enero 09, 2011
Apaga
Apaga las palabras en las luces de mi sombra.
Me es necesario respirar el abismo de tus ganas, una vez más.
Apaga las voces de la luna con tu vientre y la noche con tu sangre.
Me es necesario nacer contigo en inmóviles y silentes horas.
Estamos solos en este viaje de inútiles espinas y sordas manos
y nos esperan amaneceres escasos y un puñado de gemidos.
Estamos solos en la duración de tus jadeos
y nos espera la avaricia de tus piernas y un pasado repetido.
Nos quedan los insomnios, la piel hecha jirones, el fulgor del alma.
Nos quedan los viajes donde olvidamos el ayer.
Apaga el ardor y no digas que te has ido.
Apaga las flores de la ausencia y no augures distancias.
No escribas la dicha con preguntas.
No borres los días con la sed que se derrama de tus senos.
No pruebes de este dolor con sabor a memoria, te insisto;
nos queda un porvenir que desde tu vientre, mira hacia atrás.
Rolando del Pozo
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