Dime si hay justicia en tu amor de sigilos,
si hay clemencias en tus floridas malicias,
si hay castigos en tu pubis lleno de ayeres,
de voces desleídas y desarmados gemidos.
Tu amor me eleva y me reclama de luces,
se multiplica en la claridad de mis versos;
a veces, asciende por mis lentos costados,
me castiga de saciedades y fuga despacio.
Dime si de dolores debo sazonar tus poses
y de pasos estrechos debo pintar tu pasión
de insurrecciones disueltas y estremecidas.
Dime si debo convertir mis gritos en vino,
mis ambiciones en ebrias incertidumbres,
y regresarte a tu cielo de ecos y serenidad.
Rolando del Pozo
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