Nada dejo en la distancia que se pierde en tus apatías.Nada dejo en el destino, ni en la apuesta por tus ganas.Todo se vuelve una señal falaz en la fisura de tus labiosy se evapora en el relieve de arteros y abiertos regazos.Hay una anunciada herida en el fondo de tus pasiones,igual a mi asombrado suplicio en sazonada contorsión.Hay un suspiro incompleto, un grito animal que recela,igual al desliz que enciende el fulgor en sazonado adiós.Te dibujo en los azares que asemejan pálidas ausencias.Te forjo de peligros en alienadas y palpitantes amenazas.Hay feroces bríos en las fiebres, en tus viciosos sudores.Hay rígidas heridas y signos oscuros en todas mis noches.Y se encuentran las llamadas contagiosas de tus piernas,la embriaguez de tus senos y las preguntas sin respuestas.Rolando del Pozo
©Rolando del Pozo. Todos los derechos están reservados. All rights reserved. DO NOT COPY.
lunes, agosto 28, 2006
Nada
lunes, agosto 14, 2006
Somos
No lo
pienses mucho, somos la malicia en el verbo.
Somos
la imagen que habita en la sombra del tiempo
y
comparte el mismo día que se repite al amanecer.
Somos
los viajes inciertos a la llamada del destino,
las
voces con olor a memoria, las antiguas nostalgias,
la
historia en un camino de idénticos rastros y paisajes.
Se
acabaron las vagas entregas en siluetas desoladas,
los
años que se repetían en vagas parodias y distancias
y los sueños
que podrían existir a la altura del amor.
Nos
encojemos en el fulgor del mundo y el reverso cielo,
en el fondo
del perdón que se retrae en precarios besos.
Nos
refugiamos en las sombras que nos imitan y sueñan,
donde
somos el verbo que se resiste a morir silencioso.
Somos
el rostro con geografía irreconocible y diversa
y somos
el eco perdido donde moran nuestros muertos,
a veces
dormidos, a veces despiertos, a veces etéreos.
Rolando
del Pozo
martes, agosto 08, 2006
Basta
Basta
tu rostro de espera apostando al destino
para
descubrir la imagen de una falsa realidad.
Bastan las
fantasías en temblores de memoria
para sujetar
a ciegas tu cuerpo de espejismos.
Y de
repente el ocaso de tus piernas pregona
la
profanación de tu boca en forzosa ausencia.
De
repente el ayer es de pasos en cíclicos cielos
clamando
visiones en la migración de tu vientre.
Deseabas
quemar la noche en el distraído beso.
Deseabas
un amor asaltado en pulidas esperas.
Basta
el dolor en lentas ganas y vencidos alientos
para
recorrer tu inevitable y pausada existencia.
Y me
bastan tus versos en la insufrible angustia
de
alcanzar y perder tu amor abrazado en el ayer.
Rolando
del Pozo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)