No lo
pienses mucho, somos la malicia en el verbo.
Somos
la imagen que habita en la sombra del tiempo
y
comparte el mismo día que se repite al amanecer.
Somos
los viajes inciertos a la llamada del destino,
las
voces con olor a memoria, las antiguas nostalgias,
la
historia en un camino de idénticos rastros y paisajes.
Se
acabaron las vagas entregas en siluetas desoladas,
los
años que se repetían en vagas parodias y distancias
y los sueños
que podrían existir a la altura del amor.
Nos
encojemos en el fulgor del mundo y el reverso cielo,
en el fondo
del perdón que se retrae en precarios besos.
Nos
refugiamos en las sombras que nos imitan y sueñan,
donde
somos el verbo que se resiste a morir silencioso.
Somos
el rostro con geografía irreconocible y diversa
y somos
el eco perdido donde moran nuestros muertos,
a veces
dormidos, a veces despiertos, a veces etéreos.
Rolando
del Pozo
No hay comentarios:
Publicar un comentario