Son incontables las estrechas puertas en este viaje.
Viaje
incierto, lleno de sombras y vacías distancias.
Son
abundantes mis pliegues eludiendo tus siluetas,
tu
irregular anatomía, tus lentas y esquivas miradas.
Tu
rostro muta en sombras que retan a mis desvelos.
Tu
rostro es la imagen de repetidos y volcados celos.
Tus
sufridas penas se vuelven la inocencia en el azar.
Se
vuelven la firmeza en tus afligidos y lentos labios.
Crecen
las ganas y el ardor en un continuo oscurecer.
Crecen tus
voces en la condena de vivirte en sudores.
Son
inasibles tus mustios senos que desvelan pausas.
Son inútiles
tus gestos sutilmente ajenos a esta huida.
Son copiosas
las señales que te despojan en quimeras
y te vuelven
las ganas en un abrir y cerrar de sombras.
Rolando
del Pozo