Una errante lejanía se abre en un lento pasado
y se estrecha entre ajustados besos y augurios.
Alucinan tus gestos en un presente sin sombras
y retroceden en las ventanas silentes del futuro.
Apresura los espasmos que disuelven tu mirada.
Se encajan en tu memoria colmada de absurdos.
Apresura el ayer en los rígidos retratos y espejos.
Róbale al tiempo su muestrario infinito de besos.
Una borrosa y distante visión se abre en espacios
donde se crean sentencias y se abre tu identidad.
Alucinan mis vocablos en tus húmedos costados,
en tus versos llenos de candor sazonado en roces.
Y te espero en mis solitarias letras, en mi paranoia,
en la manía de saberte sin edad, de saberte eterna.
Rolando del Pozo