lunes, octubre 02, 2006

A nuestros amaneceres

A nuestros amaneceres regresan mis versos errantes
levantando manos, mostrando las condenas del ayer. 

Regresan asumiendo la inocencia en tus nacimientos
y la implacable naturaleza en lo florido de tu vientre.

Retornan los perfumes, las inclinaciones de tu pecho
vestido de tempestades y tus enigmáticos desgarros.

Regresas tú, sazonando la delicadeza de tus gemidos,
entregada a todos los síntomas de un amor mutilado.

Sonríen las inasibles criaturas que procrean en versos.
Sonríen los inútiles gestos a lo largo de tus sospechas.

En tus sudores vuelve la sazón de corazones abiertos.
Vuelven las palabras, anocheciendo en los murmullos.

Vuelve mi boca a la ingravidez de tus agotados pechos,
al encuentro del amor, engarzado en tus lúcidos besos.

Rolando del Pozo

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