Siempre es distinta la voz que brota de tus poemas,
crece en un espacio que alberga delgadas sombras,
en un invulnerable ocaso lleno de afligidos albores.
En el tiempo la belleza se vuelve una servil amenaza
que aprende de lo disoluto ajena a la luz de la pasión.
En las ganas sólo sabemos de luces que dividen voces,
de la gloria que mira las almas y enumera los gemidos,
de la suerte de triviales angustias en mutantes rosales.
En el amor el laxo futuro se vuelve una vedada ilusión,
se vuelve voces que se tejen con sudores y ofuscación.
En el amor tus pasos son asiduas y crecidas amenazas,
son intrincadas luces en espacios negados a la cordura.
Siempre es perdurable la pasión en tus labios cerrados,
en tus abiertas lunas agotadas de irrevocables infinitos
y en tus efímeros ruegos que no saben negar la verdad.
Rolando del Pozo