Llenaste
las miradas de una noche de versos
con
trazos que inscriben insomnes fantasías.
Llenaste
cielos con las variaciones del temor,
con
ganas ciegas y cálidas llenas de humedad.
Me
demoro en tu saliva, en el ocaso del ardor,
en tu
piel ajena a la sentencia que me redime.
Me
demoro en tu vientre reclamando libertad,
tus ataviados labios, tus diversas encrucijadas.
Hoy
tienes los símbolos de un amor de manos,
tienes
los titubeos en tus acelerados empeños.
Hoy
tienes las culpas, las intenciones esquivas,
y las
fatales mentiras que se dibujan en tu piel.
Llenaste
mi idioma con frases de fuscos versos
donde te
inclinas sumisa, fría, sedienta de amor.
Rolando del Pozo