viernes, enero 26, 2007

No alejes

No alejes tus dolores, tienen la forma de un gemido

que no podría seguir brotando sin más amaneceres.

 

No alejes mi boca de tus afligidos y pausados senos,

de tu azulado vientre, de tu felicidad partida en dos.

 

No alejes la nostalgia, precisa respirar la alucinación

que la vuelve el reverso del infierno en mi confusión.

 

Me cercenan todas tus pausas, tu insensata reserva,

tus sonoros flancos en flamas, tus continuos olvidos.

 

Me dividen los sueños y tus labios de abiertas ganas.

Tu corazón ahogado en ruegos es mi prisión del ayer.

 

Has bordado mi pena en olvidos, en fatuos paraísos,

en la disuelta hambre que se dispersa en tus signos.

 

No alejes tu rostro, tu fino veneno, tus bocas ajenas

y la locura que me apremia a recrearte en mis letras.

 

Rolando del Pozo

miércoles, enero 10, 2007

Marcaste

Marcaste la perduración en la saciedad de un beso

y lo diverso de tus senos en mis angustiados labios.

 

Soñaste con los bríos del azar y las plumas del ayer,

con las trampas que le faltaron al delicado mañana.

 

Amaste los desaires arrancados de precarias voces,  

las esperas atrás de mi voz que se nutren del ardor.

 

Mi poesía hurga lo prohibido en tus senos de amor.

Mi poesía se atrasa en tus flancos llenos de dolores.

 

Yo te escribo con los reclamos variados en gemidos.

Te escribo con las angustias de tus flancos abiertos.

 

Amaste los encierros en nuestra menuda demencia.

Amaste el idioma de los espacios calados por mi voz.

 

Te escribo con los ayeres plenos de fatales sombras,

con revocable olvido diluido en tu lecho de esperas.

 

Rolando del Pozo