sábado, abril 12, 2014

Ha venido

Ha venido el llanto a alimentar tus miedos,

tal vez hasta las sombras de tus recuerdos.

Ha venido a saborear los signos del pasado,

a traer distancias sin acertar con ninguna voz.

 

Ha venido el dolor a gastar tu aroma de mujer.

Ha venido a repetirse debajo de tus pliegues,

a reclamar los paraísos donde crece la hiedra.

 

Y lloras en las pausas vivas debajo de mi voz.

Lloras para escarnecer tus espacios inocentes,

para renovar la visión que se abre en ausencias.

 

Sobran los anuncios en tus manos angustiadas.

¿Huyen acaso los azares llevándose tus timos?

¿Huyen acaso los gestos, mutados en delirios?

 

Han venido las pausas en los urgidos reclamos,

en las intrigas precarias de un olvidado pasado.

 

Y te desnudas en tus planeadas y lentas poses.

Te desnudas en el color de un alargado tiempo.

 

Vuelve a mi ardor, aturdida y delicada gaviota.

Me falta la luz de tu voz para atinar con tu paz.

 

Vuelve a mis provocaciones, a mis malestares,

a mi soledad, al dolor en este ahogado poema.

 

Rolando del Pozo