miércoles, enero 28, 2009

Mis palabras

Mis palabras están hechas con tus sudores,

con el vértigo que acecha tus lentas piernas,

con la dulzura de tu voz cubriendo al miedo,

con tu tierna soledad disuelta en mi silencio.

 

Mi soledad está hecha de evadidas fantasías,

de memorias que semejan mi antigua locura,

de atardeceres que se beben mi pasada vida

y escriben congojas en tus repetidas palabras.

 

Lleno mis recuerdos con delirios, con fiebres

que se ajustan al olvido y se repiten en tu voz

y con gemidos que se quiebran en la distancia.

 

Lleno mi nombre con tus matizados nombres,

con mojados ritos y los gestos de tu dura voz,

con tus manos que marcan mi larga sentencia. 

 

Mis versos están llenos de pasos, de sombras,

de irreconocibles futuros, de horas disecadas

y de voces que se abren en el mismo infierno.

 

Rolando del Pozo

viernes, enero 23, 2009

Eres

Eres el llamado en el resplandor de los espejos,

la armonía de la hierba en un jardín de espacios,

el gradual arrojo del viento en mis besos calmos

y el dolor que se inclina bajo otro cielo y enaltece.

 

Reconozco las abismadas sombras en tu silencio,

la soledad vestida de ayeres en tus colores pálidos

y las edades donde se inician tus besos y tus llantos.

 

Eres la envolvente música que se abre en mis días,

el tierno rumor que elige lo que nace en el olvido,

lo callado y lo innegable en poemas desajustados.

 

¿En qué pasos se repiten tus suspendidas noches?

¿En qué imposible recuerdo agonizan tus visiones?

 

Y me respondes con la tristeza que saluda agitada,

con las memorias que son murmullos y despedidas.

 

Me respondes con los silencios de tu inconclusa voz,

con recurrentes alucinaciones y vacías sentencias.

 

Rolando del Pozo

lunes, enero 12, 2009

Arribas

Arribas vestida de atardeceres, reclinada en mi voz, 

asumiendo los rostros del amor en un lento seducir.

 

Arribas ajustando la realidad donde aguarda el ayer,

asumiendo resignados cielos que nacen en el llanto.

 

Te aguarda una piel despierta en las lentas plegarias,

en ojos labrados por la lluvia, resignados a quedarse.

 

Te aguarda un pálido gesto insistiendo en tus labios,

en los frescos aromas que se vuelcan en tus flancos.

 

¿Cuál es la melodía que prolonga tus inermes pasos?

¿Cuál es la distancia que se renueva en tus tristezas?

 

Arribas vestida de flores y ortigas, llena de presagios,

de soledades, de inclementes formas que te habitan.

 

Y te aguardan mi voz, mi paz, las ansiosas preguntas,

las inquietas sombras, que te retratan en mi memoria.

 

Rolando del Pozo