martes, noviembre 11, 2008

Están los paisajes

Están los paisajes tramados con tu confuso idioma
y las imágenes de un pasado errante e indeciso.

Están las cartas que intercambian con mis sueños
los clamores de tu vientre y conspiran con mi realidad.

Están tus adioses anunciando las rígidas y lentas visiones,
pregonando los secretos de una desconocida voz de espacios.

Las sombras de un ignorado futuro se extienden en las horas,
se dilatan en los presentes de rostros fraguados con tu ausencia.

Los espejismos de un inacabado jardín se rezagan en la noche,
se demoran en la quietud de mi caída hacia un nuevo pasado.

Están tus presagios vestidos de lluvia en el fulgor del tiempo,
vestidos de espacios en el anochecer de tus relajadas piernas.

Están las rotas e inertes estaciones del tren, al final de la noche,
entre mis últimas letras, aguardándome con indecisas distancias.

Están los recuerdos en los ajados relatos, en las disipadas voces,
recreando tu identidad y simulando tus besos, en el eco del ayer.



Rolando del Pozo

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