viernes, octubre 17, 2008

Están las rosas

Están las rosas persistiendo en el abandono de tus manos,
entre las piedras de un jardín familiar, ajustando los adioses.

Están los retratos indagando tus voces en la espesura del ayer,
a manera de afilados presagios que se tornan viento y me golpean.

Está la juventud de tus senos reposando en mis pensamientos,
asumiendo las noches, los amaneceres y las recordadas fechas.

¿Recuerdas los inclinados paisajes repitiéndose en las ventanas?

Han crecido las memorias desde la última vez, llenando los vacíos,
fabulando los regresos de una luna vencida a tus pechos rosados.

Están las inútiles paredes que cercan la nada y los tibios nombres
de mi abandonado cuerpo, de mis silencios obstinados y olvidados.

¿Recuerdas las voces de los augurios en los desazonados otoños?

Todo sigue igual, los temores en los repetidos sueños y las esperas,
el roce inconfundible de tu recuerdo que se apura en las preguntas,
y las ganas inagotables de gastarse la piel, hasta verla desaparecer.


Rolando del Pozo

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