lunes, octubre 27, 2008

Una borrosa


Una borrosa y errante lejanía se abre
 en un pasado
que no es de nadie y se estrecha en besos y augurios.


Alucinan tus gestos en un presente sin sombras

y retroceden en las ventanas silentes del futuro.



Apresúrate, atrapa el momento que disuelve la mirada.

Huye de la quietud que se encaja en la memoria

y se abre en tantas realidades como estrellas.



Apresura tus rasgos en los retratos de la sala,

en la consistencia del ayer, en los tejidos del mañana.

Róbale al tiempo su muestrario infinito de lamentos.



Una borrosa y distante visión se abre en espacios

donde el amor se queda, a pesar que se aleja,

donde se escriben sentencias y se labra la identidad
de un porvenir agitado, que llevas en la espalda.


Alucinan tus voces en el instante sudoroso del alma,
en la mirada del espejo, en la inocencia del beso.

Y yo espero, en cada trazo de estas solitarias letras,
en la manía de saberte sin edad, de saberte eterna.



Rolando del Pozo

viernes, octubre 17, 2008

Están las rosas

Están las rosas persistiendo en el abandono de tus manos,
entre las piedras de un jardín familiar, ajustando los adioses.

Están los retratos indagando tus voces en la espesura del ayer,
a manera de afilados presagios que se tornan viento y me golpean.

Está la juventud de tus senos reposando en mis pensamientos,
asumiendo las noches, los amaneceres y las recordadas fechas.

¿Recuerdas los inclinados paisajes repitiéndose en las ventanas?

Han crecido las memorias desde la última vez, llenando los vacíos,
fabulando los regresos de una luna vencida a tus pechos rosados.

Están las inútiles paredes que cercan la nada y los tibios nombres
de mi abandonado cuerpo, de mis silencios obstinados y olvidados.

¿Recuerdas las voces de los augurios en los desazonados otoños?

Todo sigue igual, los temores en los repetidos sueños y las esperas,
el roce inconfundible de tu recuerdo que se apura en las preguntas,
y las ganas inagotables de gastarse la piel, hasta verla desaparecer.


Rolando del Pozo