No sé del tiempo
que se conjuga tiernamente en la distancia,
ni del nombre que
silencia y se confunde con verbos sin puertas.
No hay espacios
aguardando en los recuerdos, en la memoria.
No hay soledades
en los territorios del azar que escriben mi voz.
Todo ha perdido
su significado en los vuelos fatales del destino.
Todo luce tan
distante y se precipita insomne en cualquier boca.
No me siento
seguro en la cautela de este viaje lleno de escapes.
Todo me recuerda el
sobresalto que se escurre suave en mi boca.
Todo me recuerda
la alucinación afinando las salidas a otras voces.
Debo seguirme
equivocando en este texto de simetrías anudadas.
No sé de las
promesas que esperan progresando en la distancia.
No sé de luces,
ni de sombras en el desvío de tu piel angustiada.
Tal vez me
convenga comenzar a rescribirme en una nueva historia,
sin hacer
preguntas y consumar cualquier destino, a cualquier hora.