martes, mayo 27, 2008

Llevo

Llevo espacios adheridos a tu sumisa imagen, a tus voces,
en el secreto de tus invisibles días, en la razón de tus ecos.
Espacios que son insuficientes abismos y confusos idiomas.

Llevo los desganos de la noche en tus disueltas primaveras.
Llevo la soledad de un cielo sin dudas en la reversa realidad
como señales de la ansiada condena en el revés de tus ojos.

Llevo el reflejo que me excede en el espejo, en tus intentos,
en el obstinado modelo de la vida, como abiertas ventanas;
en la inalterable calidez de tu vientre como vuelos al pasado.

Llevo ardores que labran tu piel con amor, con rara idolatría
por tus pliegues, por lo que te abandona quedo en el gemido
y vuelve en fiebres a soñarte en la eternidad de un orgasmo.

Llevo la felicidad en espacios sin pretextos que nos duplican,
en un calmado fulgor que se ha mudado a tu mutable credo.


Rolando del Pozo

lunes, mayo 05, 2008

No te importa

No te importa gastar la soledad hasta sus últimas letras.
No te importa el porvenir hecho de lluviosas melodías,
ni te importan las sombras de inacabados fantasmas.

No te importa la lucha del amor en breves espacios abiertos,
en rostros de hambre y fatiga que siempre consiguen volver.

El tiempo ha sabido quebrarte las promesas y el aliento.
Su brebaje ha sazonado tus entrañas en ajadas apariciones.

Su sabor a confusión ha descubierto las sutiles inocencias
que no conseguiste esconder en tus pausadas desolaciones.

Su inconstante ímpetu ha disputado tus amores, tus recelos,
amparándose en los reflejos tramposos de un breve universo.

Tiempo de absurdas edades, de desiertos inmóviles, de tretas.
Ha sabido reclamar tus afectos, tus voces, tus sórdidas fronteras.

Ha sabido reclamar tus sombras, tus augurios, tu fatal naturaleza
y ha decidido permanecer en mis letras y reescribirte en ausencias.


Rolando del Pozo