Hoy quiero
dibujarte en tiernos pensamientos,
en los pliegues
de un azar insomne y mudable,
en las
variaciones de un destino sin paciencias.
Quiero trazarte
en caricias que son respuestas,
en agotados
sentidos, en la fatalidad de mi voz.
Hoy quiero el flanco
de una impávida floración.
Quiero la aprobación
de tus jadeos desbocados.
Quiero las
fantasías y las caídas de tu desnudez.
Hoy te escribo de
sueños, de cautelas y desvíos.
Te escribo en la
turbación, en los desconciertos
de un lenguaje
plagado de oscuras severidades.
Te dibujo de
inmortalidad en mi leve ignorancia
y te diseño entre
las líneas que ocultan la silueta
de mi agotada confesión,
sellada con mis ruinas.
Rolando del Pozo