miércoles, enero 10, 2007

Marcaste

Marcaste la perduración en la saciedad de mis esperas
y lo diverso de tus senos en mis estáticos y libres labios.

Soñaste en la aventura de abandonos, trampas y regresos
pero siempre faltaron los bríos del azar, las plumas del ayer,
las jugadas del destino, para volver intacta al mismo sueño.

Amaste las apuestas arrancadas de precarias insinuaciones,  
las puertas que se truecan en esperas y la ventura de seducir.

Mi poesía escarba tus esquinas prohibidas con sabor a pasado.
Mi poesía aguarda en el costado de un tiempo con sabor a nada.

Yo escribo con mis ojos tus reclamos y los convierto en gemidos,
en sonrisas que se quiebran en el desdén de tus piernas abiertas.

Amaste los encierros en la demencia de subsistir sin conciencia.
Amaste el lenguaje leve de tus espacios labrados en mis penas.

Susurraste ayeres en mis tentaciones y las llenaste de distancias,
de dolores, de laberintos sin descansos para provocar mis temores.

Mis días se cumplen en tus aguas quietas que nadie quiere rasgar,
en el irrevocable olvido que trepa la sombra de mi asidua condena
y me vuelve el desvelo que aguarda bajo las alas sinceras del adiós.

Rolando del Pozo

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