si hay perdones
en tus floridos senos,
si hay castigos
en tu vientre de jazmines,
de voces
disueltas y desarmados gemidos.
Tu amor me eleva,
se derrama en luces,
se esconde en la
claridad de mi verso,
a veces, asciende
por mis palabras,
me castiga de
saciedades y fuga despacio.
Dime si de dolores
debo sazonar tus poses
y de pasos estrechos
debo pintar tu pasión
de insurrecciones
disueltas y estremecidas.
Dime si debo
convertir mis gritos en vino,
mis ambiciones en
ebrias incertidumbres,
y regresarte a tu
cielo de ecos y serenidad.
Rolando del Pozo
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